ADONDE ORIGINALS

Emprendedores con Luis von Ahn

CLAUDIA ESPARZA Y NANAS Y AMAS

El lado humano de un emprendimiento

Claudia Esparza comenzó su emprendimiento de una agencia de empleos para el hogar como muchos otros emprendedores: tomando el modelo de negocio que ya existía en el mercado. Pero a medida que pasó el tiempo se dio cuenta de que podía hacer mucho más. En este episodio, vamos a conocer cómo un emprendimiento solamente comercial puede transformarse en un emprendimiento social prestando atención a su contexto y aprovechando la oportunidad.

Episode art with podcast title and illustration of Claudia Esparza

CONTENIDO EXTRA

NOTAS DEL EPISODIO

Como parte del Better Together/ Juntos es Mejor Challenge, Nanas y Amas lanzó en 2021 la aplicación “Loop” para contratar el servicio de limpieza por horas para casas y oficinas, aquí más información. La ONG Emprendedoras del Hogar continúa apoyando la educación básica y superior de las trabajadoras del hogar.  

Aquí más información sobre el reglamento de la Ley 31047 de Perú, Ley de las Trabajadoras y Trabajadores del Hogar.

TÉRMINOS QUE QUIZÁS NO CONOCÍAS:

Nana: Trabajadora del hogar que se dedica al cuidado de bebés y niños. En algunos países se conoce este rol como “niñera” o “babysitter”. 

Asistente del hogar: Persona que se dedica a hacer las labores de la casa, es común que en Perú y otros países de Latinoamérica se contrate a una persona (mujer, en la mayoría de casos) para que sea asistente del hogar y nana. 

Modelo de negocio: Según el autor Alex Osterwalder, “Un modelo de negocio es la manera que una empresa o persona crea, entrega y captura valor para el cliente”. También se le considera modelo de negocio a la manera en que una empresa obtiene dinero con su actividad principal. 

Pitch: Un discurso breve donde se presenta una empresa o idea de negocio, con el fin de atraer el interés del público o de inversionistas.

Claudia Esparza: Yo vengo de un colegio de mujeres, tenía miles de amigas que estaban pasando lo mismo que yo, para ayudarlas a conseguir una persona de confianza para sus casas. Y me pareció fácil, sencillo y bonito. Como todo cuando uno se lo imagina al principio (risas).

Luis von Ahn: Eso que Claudia Esparza imaginaba como algo sencillo y bonito era una agencia de empleos para el hogar. Tanto ella como sus amigas necesitaban gente de confianza para tareas como limpieza o cuidado de niños. Y así nació “Nanas y Amas”.

Claudia Esparza: Al principio, cuando empezamos, lo que hicimos fue mirar cómo funcionaba el resto del mercado y tomar más o menos el modelo similar, en la parte de modelo de negocio. Y sí, una parte del sueldo era, el 80 por ciento lo pagaba el cliente y el 20 por ciento lo pagaba la trabajadora descontado de su primer sueldo. Entonces esa era la forma como empezamos nosotras.

Luis von Ahn: Pero con el tiempo, Claudia se dio cuenta de que esa forma de trabajo, si bien era la normal en el mercado… no era la más justa. Porque a medida que la agencia comenzó a crecer, Claudia empezó a entrevistar a más mujeres en busca de empleo…

Claudia Esparza: …y me contaban sus historias, y fue la primera vez en mi vida que escuché tantas historias en simultáneo, tan fuertes, de mujeres que habían pasado de todo para salir adelante y no habían podido. Y empecé a sentir que teníamos que hacer un poco más por ellas, porque era lo que correspondía y porque podía hacerlo.

Luis von Ahn: A partir de ahí, Claudia decidió cambiar el modelo de negocio de Nanas y Amas para apoyar más a las mujeres que buscaban trabajo. Y esa nueva dirección la iba a llevar a apoyar cambios en las leyes de Perú sobre trabajo doméstico.

Soy Luis Von Ahn y esto es “Emprendedores”, historias de fundadores de empresas que están cambiando el mundo.

Una producción original de Adonde Media. 

En este episodio, la experiencia de Claudia Esparza con Nanas y Amas: el lado humano de un emprendimiento.

Claudia Esparza:  Estaba con mis hijos un día, una mañana y había contratado a una persona para que me ayude a cuidarlos, una nana, en un sitio donde me habían hablado muy bien de ella, me habían hablado de sus referencias, de su experiencia, era una persona bien formada, con educación en medicina, estaba estudiando. Y cuando estaba conmigo en la casa me di cuenta de que era una persona que estaba mal de la cabeza, que era una mujer desequilibrada. No sé exactamente qué tenía, pero se quiso llevar a mi hija ese mismo día.

Entonces, bueno, yo en ese momento le seguí la corriente y la acompañé hasta que se fue. Al día siguiente le inventé que había regresado la persona que trabajaba conmigo anteriormente. Y bueno, le pagué por el día que había trabajado y se fue. Pero me quedó esa sensación de “¿Qué cosa se puede hacer mejor allí?” ¿no?

Luis von Ahn: Esa pregunta llevó a Claudia a darse cuenta de que en su país, Perú, hacía falta mayor seguridad al momento de contratar a una persona para trabajar en su casa, su lugar más íntimo. Era el año 2009 y Claudia trabajaba como desarrolladora de software en una empresa. Pero luego de hablarlo con unas amigas, decidió renunciar a su trabajo y dedicarse a crear una agencia de empleos para el hogar. Diseñó un software para la gestión del negocio y así nació Nanas y Amas. 

Claudia Esparza: Inicialmente era como que el software iba a manejar todo y cada una iba a estar desde su casa monitoreando todo. Y bueno, invité gente para participar. Se animaron cinco amigas mías que iban a ser mis socias, eran las que iban a ser las gerentes de las otras oficinas desde sus casas y empezamos a conversar sobre cómo iba a ser, hicimos listas de prospectos de clientes, desarrollamos la web y todo con bastante, de verdad, cariño, bastante ilusión.

Y lo lanzamos y tuvimos un éxito muy grande, tuvo bastante acogida, pero no miramos el otro lado en ese momento y no nos dimos cuenta que no iba a ser tan fácil como pensábamos reclutar a las trabajadoras del hogar. Entonces teníamos cientos de pedidos por un lado y no teníamos a nadie que ayudar por el otro. 

En los primeros dos meses fue que pasó esto. Y en ese momento fue el momento en el que mis amigas dieron un paso al costado porque les pareció que no iba a funcionar mucho, no les agradó mucho la dinámica del inicio. Y me quedé a cargo de Nanas y Amas y a ver qué hacíamos con eso que teníamos allí. Así empezamos.

Me quedé sola y repensando si el modelo, como lo habíamos lanzado, iba a funcionar o no, porque teníamos una parte del negocio, pero la otra no. Y en ese momento es que decidí abrir una oficina en un sitio que quedaba lejísimo de mi casa. Yo vivo en San Borja, es una parte céntrica de Lima, y esto era como a casi dos horas de camino en carro por la carretera. Se llama Lima Norte. Fue un poco de casualidad también del destino, porque fui acompañando a la nana que trabajaba conmigo en ese momento a buscar a una amiga suya que me iba a ayudar a conseguir personas que querían trabajar. 

Había una cantidad importante de mujeres buscando trabajo como trabajadoras del hogar en esa zona y habían otras agencias de empleo más pequeñas alrededor también, pero que no daban las mismas condiciones que nosotras. Entonces decidimos aprovechar la oportunidad y abrir una oficina pequeñita donde entraba solamente un escritorio y una silla. De 6 metros cuadrados. Contraté a una administradora a medio tiempo allí. Entonces ella trabajaba en las mañanas y me avisaba si había alguien que había pasado el proceso de selección. Entonces yo iba, la recogía, regresaba más o menos cerca de donde estaba yo para llevarla a que pase una entrevista con un posible cliente y luego la regresaba a su casa.

Yo hacía estos viajes de ida y vuelta, a diario. Trayendo y llevando jovencitas, en su mayoría, que estaban buscando oportunidades de trabajo y me contaban sus historias, y fue la primera vez en mi vida que escuché tantas historias en simultáneo, tan fuertes de mujeres que habían pasado de todo para salir adelante y no habían podido. Y empecé a sentir que teníamos que hacer un poco más por ellas, porque era lo que correspondía y porque podía hacerlo.

Al principio, cuando empezamos, lo que hicimos fue mirar cómo funcionaba el resto del mercado y tomar más o menos el modelo similar, en la parte de modelo de negocio. Y sí, una parte del sueldo era, el 80 por ciento lo pagaba el cliente y el 20 por ciento lo pagaba la trabajadora descontado de su primer sueldo. Entonces esa era la forma como empezamos nosotras.

Un día, yo fui en busca de hacer un convenio con una asociación aquí en Perú que se llama Asociación Nacional de Trabajadoras del Hogar, que es liderada por un grupo de monjitas, de madres religiosas. Fui a ofrecerles la oportunidad de ser un nexo entre la gente que ellas ayudan y las oportunidades de trabajo.

Y le comenté cómo estábamos trabajando. Y yo realmente sentí que estaba siendo buena, generosa, en ir a tenderles estos puentes y ayudarlas. Y la madre superior, que nunca me voy a olvidar cómo se llama, Rosalina, se me quedó mirando y me dijo “No, no, no me interesa”. Y me sorprendió de verdad, porque yo pensé que más bien me iba a agradecer, ¿no? Y  me dijo “No, porque les estás descontando. ¿Y por qué les descuentas parte de su sueldo?. No es justo”. 

Me sentí mal, pero no por mí, sino por la monjita. Yo dije “qué raro que no vea esta oportunidad”, ¿no? No me di cuenta que de verdad tenía razón, pero me quedé como con una espina clavada. Y me di cuenta que me sentía tan mal porque tenía razón. 

Entonces decidí que ya no les íbamos a cobrar a las trabajadoras del hogar, porque era lo justo. La persona que tenía más y que en realidad valoraba nuestro servicio podía fácilmente pagar la diferencia y no iba a ser para él algo que le ajustara mucho el presupuesto. Sin embargo, para la trabajadora del hogar eso iba a ser una gran ayuda y era algo que era lo que correspondía. Entonces, al mes siguiente, decidimos lanzar esa nueva propuesta, con un poco de miedo, ¿no? Porque no sabíamos qué iba a pasar. Recién estábamos empezando a despegar…  

Luis von Ahn: Normalmente en nuestros emprendimientos estamos atentos a los cambios del mercado o a las idas y vueltas del negocio. Pero no siempre prestamos atención a que con nuestro emprendimiento podríamos estar ayudando a muchas personas y generar un cambio en sus vidas. Claudia se dio cuenta de esto… y reaccionó.

A continuación, vamos a conocer cómo este cambio de enfoque se reflejó en su negocio, hasta llegar a apoyar cambios en las leyes de Perú sobre trabajo doméstico.

Claudia Esparza: Nos llevamos una sorpresa gigante cuando nos dimos cuenta que la recepción por parte de los clientes fue espectacular. Nadie nos dijo “¿por qué?” O “no lo voy a pagar”. No, ellos siguieron confiando en nosotras por lo que veníamos haciendo y más bien del otro lado sí tuvimos un pequeño inconveniente, porque cuando las trabajadoras del hogar se enteraban de que no les íbamos a descontar nada, pensaban que había una trampa detrás, que podían estar en peligro incluso. 

Luis Von Ahn: Este tipo de reacción no es tan extraña. Suele ocurrir cuando se cambia algo que está muy normalizado en el mercado. Y sobre todo cuando ese cambio beneficia al sector más vulnerable del emprendimiento. En este caso, las mujeres que iban a Nanas y Amas a buscar empleo…

Claudia Esparza: Y se iban de la oficina. Se iban. O sea, cuando se enteraban y decían “Ah, ya, gracias, voy a traer a mi amiga”. Y desaparecían y no regresaban nunca más porque se asustaban de lo que podía estar pasando.

Sin embargo, al poco tiempo, dio la vuelta a la situación y las trabajadoras empezaron a llegar contentas y efectivamente traían otras personas o recomendaban a sus familiares o a sus amigas. O si estaban en otra agencia iban y traían otras personas y decían “Anda allí porque no te van a cobrar”. Y la gente se sorprendía. 

Entonces tomó un tiempo que habrá sido un par de meses para que ellas se den cuenta de que no había nada oscuro detrás. Que era real, que queríamos ayudarlas y que íbamos a hacer la diferencia en la forma de contratación. Y sentamos un precedente acá en Perú. 

Al final, lo que nosotros estamos tratando de hacer siempre, y me refiero a mi equipo y a mí, es a usar el trabajo del hogar como una herramienta que permita decidir. Que le permite a una mujer decidir qué quiere hacer con su destino, la mujer trabajadora del hogar. Si ella quiere ser trabajadora del hogar para siempre y es porque así lo ha decidido, está perfecto y le ayudaremos a conseguir la mejor opción de trabajo posible para ella. Pero si no, también queremos abrirles las otras posibilidades, a través de oportunidades de educación para que puedan convertirse en profesionales o a través de educación dentro de nuestra institución, para que ellas vean que hay otras oportunidades como ahorrar e iniciar un emprendimiento como algunas de nuestras representantes ya lo han hecho también. 

Nosotros después de eso, al año siguiente, decidimos que íbamos a hacer bastante más. Dándole vuelta a esa idea es que decidimos fundar una ONG que se llama “Emprendedoras del Hogar”, para enfrentar esta situación de las trabajadoras del hogar desde otros lugares, desde otras posiciones, haciendo alianzas con organizaciones, con gente de los medios, con personas que defienden los derechos humanos, inclusive con personas del gobierno. Hemos tenido iniciativas incluso que han repercutido en leyes para las trabajadoras del hogar y con eso ya se expande el impacto que hemos tenido a bastantes más.

Por ejemplo, nosotras propusimos en el Ministerio de Trabajo, en una reunión que conseguimos con el gabinete de asesores del ministro, que una forma interesante de promover la formalización de las trabajadoras del hogar era a través de la creación de incentivos para los empleadores, porque casi siempre se va por el lado de los castigos y la gente siempre encuentra la manera de eludir los castigos. Y cuando hablo de formalizar a la trabajadora del hogar, me refiero a que es una persona que va a tener acceso a seguro, por ejemplo, de salud, que es importantísimo y que muy pocas tenían anteriormente. 

Entonces nosotras lanzamos esta iniciativa y se convirtió en una ley. Y esta ley permite que el empleador que tiene asegurada su trabajadora del hogar, al final del año cuando va a declarar sus impuestos, pueda deducir del pago de sus impuestos el pago del seguro de la trabajadora del hogar. Entonces ahora le hemos dado la vuelta a la situación. Antes éramos las que teníamos que convencer a los empleadores para que aseguren a sus trabajadoras y ahora ellos son los que llegan pidiendo asesoría sobre cómo asesorar a sus trabajadoras del hogar.

Entonces ha tenido un impacto realmente importante en el tema del trabajo del hogar acá en el Perú.

Aunque el camino no es fácil, saber que además de tener rentabilidad, que es lo que todo el mundo espera cuando lanza una empresa, estás tocando la vida de la gente y que lo que tú haces va bastante más allá, te hace superar de mejor manera los momentos difíciles. Nosotras no empezamos la empresa pensada como una empresa social ni pensando en hacer un impacto social y me gusta resaltarlo porque así como nosotros le dimos la vuelta a esa situación yo estoy segura de que muchísimas otras empresas también pueden encontrar un espacio en lo que vienen haciendo y ver de qué manera podrían hacer algo más de lo que vienen haciendo por la gente posiblemente más vulnerable que tengan cerca o a la que impacten de alguna manera. 

Luis von Ahn:  Esa “vuelta” hacia una empresa focalizada en su impacto social le permitió a Nanas y Amas ayudar a conseguir empleo a más de 3000 mujeres. Y a través de su ONG ha dado capacitaciones gratuitas a más de 8500. Pero claro, esa decisión de cambiar el enfoque no es sólo una actualización de los valores de la compañía y listo. Genera situaciones nuevas… y difíciles.

Claudia Esparza: Uno de los desafíos más grandes que recuerdo fue un momento en el que pensé que ya estábamos… que literalmente estábamos ya al borde de la quiebra, como empresa. Y utilicé los últimos recursos económicos que tenía para irme a un evento que había en Miami al que me invitaron, que era una reunión de filántropos que invertían en propuestas innovadoras en Latinoamérica para hacer un pitch. Entonces dije “esta es la oportunidad”. Agarré mis últimos ahorros y me fui a hacer mi pitch a ese evento.  

Parece que era un evento que recién estaban implementando esta parte, no había sido muy bien organizado. Finalmente no fueron los inversionistas. Di el pitch y no había casi público y sentí un vacío en el estómago de decir “¿Y ahora qué hago? Ya no tengo dinero, lo último que tenía era acá, nadie me escuchó qué cosa… lo que iba a proponer y ¿cómo me regreso a mi casa?”.  

Entonces resulta que conocí a una persona allá que era una persona de Turquía me parece, un señor turco que estaba muy interesado en lo que había contado. Me preguntó cómo me fue, intercambiamos correos electrónicos y eso fue todo. Y entonces esa noche cometí uno de los errores más grandes. Le mandé un correo a este señor que recién había conocido, pidiéndole que me ayude, contándole la situación que estaba pasando. Fue horrible, realmente. Fue muy vergonzoso (risas). 

Luis von Ahn:  Todo emprendimiento pasa por una o varias etapas de incertidumbre. Son momentos donde sentimos que es el fin, que no hay forma de salir adelante. Y es cuando se vuelve más importante que nunca mantener la mente fría para encontrar una posible solución. Así lo aprendió Claudia luego de esa situación en Miami, que le dejó dos lecciones muy importantes… 

Claudia Esparza: Uno, eso jamás se hace, ni en el momento de la peor desesperación. Tienes que respirar, calmarte y ver otras opciones. Luego, quienes me ayudaron fueron mi círculo más cercano, que no lo había considerado al principio. Sin embargo, perdí la oportunidad de posiblemente haber hecho algo más interesante con este posible inversionista a largo plazo por un momento de desesperación. Entonces, va a haber momentos difíciles en diferentes etapas de tu vida. Calma, respira y confía (risas). 

Luis von Ahn: Esto fue “Emprendedores”, historias de fundadores de empresas que están cambiando el mundo. Una producción original de Adonde Media.

Puedes encontrar material adicional sobre Claudia Esparza, Nanas y Amas y una lista de los términos importantes que se mencionaron en este episodio ingresando a adondemedia.com/emprendedores.

Este episodio fue producido por Laura Ubaté.

El guión y la mezcla de sonido fueron realizados por Mariano Pagella.

Catalina May realizó el asesoramiento editorial.

La masterización fue de Juan Pablo Culasso.

Martina Castro es la productora ejecutiva.

Puedes encontrar todos los episodios de Emprendedores en adondemedia.com/emprendedores o en tu aplicación de podcast favorita.

Yo soy Luis von Ahn. Gracias por escuchar.

Equipo de producción

Conozca a los productores, editores, diseñadores de sonido y más que trabajan con nosotros para dar vida a este podcast.

martina

Martina Castro

Fundadora & CEO

Los Ángeles, EE.UU

Mariano Pagella

Editor

Buenos Aires, Argentina

Laura Ubaté

Productora

Bogotá, Colombia

Catalina May

Editora asociada

Santiago, Chile

Martin Cruz

Supervisor de sonido

Santiago, Chile

Juan Pablo Culasso

Ingeniero

Bogotá, Colombia