ADONDE ORIGINALS
Emprendedores con Luis von Ahn
GABRIEL MARCOLONGO E INCLUYEME.COM
Confiar en tu idea ante todo
Cuando Gabriel Marcolongo decidió emprender creando un portal de trabajo para personas con discapacidad, muchos colegas e inversores le dijeron que su idea no iba a llegar a nada. Que era solamente un pasatiempo y que jamás lograría ser un proyecto rentable. Pero todos estos comentarios solo sirvieron para reforzar su convicción. En este episodio, vamos a conocer sobre algo que, durante muchas etapas del emprendimiento de Gabriel, se convirtió en uno de sus motores principales: la fe en su idea.
CONTENIDO EXTRA
NOTAS DEL EPISODIO
En la actualidad, Incluyeme continúa ofreciendo vacantes de empleo y capacitaciones para personas con discapacidad en 7 países de habla hispana y Brasil. En este enlace más información.
Aquí pueden encontrar recursos para hacer las empresas más inclusivas.
Aquí más información sobre Social Lab y Startup Chile.
TÉRMINOS QUE QUIZÁS NO CONOCÍAS:
Inclusión: La inclusión busca que se fomente y garantice que toda persona sea “parte de” y que no permanezca “separado de”. Inclusión, por lo tanto, significa que los sistemas establecidos proveerán acceso y participación recíproca; y que el individuo con discapacidad y su familia tengan la posibilidad de participar en igualdad de condiciones.
Persona con discapacidad: persona, sujeto de derechos, con una cualidad de discapacidad. A menudo se confunden distintos términos, pero esta es la definición correcta para llamar a esta población, ya que destaca su humanidad.
Skills: Habilidades, en el contexto del episodio se refiere a las habilidades que tiene cada persona para acceder a un empleo.
Gabriel Marcolongo: Al momento de empezar a emprender, muchas veces hablando con inversores y todo, me decían: “Esto es un hobby lo que estás haciendo. No vas a poder vivir de esto. Te vas a fundir a los pocos meses”. Y así muchas palabras de aliento, ¿no?
Luis von Ahn: La creación de un emprendimiento muchas veces implica un salto de fe del emprendedor: algo que dice que su idea va a funcionar. Y esa fe resulta clave para resistir el escepticismo de otros. Como le sucedió a Gabriel Marcolongo, cuando decidió hacer algo para ayudar a solucionar un problema al que no se le prestaba demasiada atención.
Gabriel Marcolongo: No importa que estés en Argentina, México o en cualquier país de Centroamérica. La problemática es la misma, ¿no? donde si adquieres una discapacidad te enfrentas en promedio diez veces más desempleo que el resto de la población.
Luis von Ahn: Por esto, Gabriel decidió fundar Inclúyeme, un emprendimiento muy alejado de los negocios clásicos: un portal de empleo para personas con discapacidad. Muchos inversores y colegas le dijeron que era imposible que esa idea funcionara. Pero eso solo sirvió para reforzar la convicción de Gabriel y que se pusiera un objetivo muy claro:
Gabriel Marcolongo: Probar de que una iniciativa de impacto social como la nuestra, orientada hacia personas con discapacidad, podía sobrevivir más de un año. Entonces, fue decir “Bueno, ¿cómo puedo congeniar el mundo de que sea una empresa que lleve adelante un impacto social y en este caso no depender de donaciones? Donde, en nuestro caso el lucro es un medio para llevar adelante un fin.
Luis von Ahn: Gabriel estaba decidido a crear una solución a un problema social con un emprendimiento rentable. Y una parte fundamental de ese proceso, fue algo que durante muchas etapas se convirtió en uno de los motores principales del emprendimiento: la fe en su idea.
Soy Luis von Ahn. Y esto es “Emprendedores”, historias de fundadores de empresas que están cambiando el mundo.
Una producción original de Adonde Media.
En este episodio, Gabriel Marcolongo y la creación de Inclúyeme: Confiar en tu idea ante todo.
Gabriel Marcolongo: Creo que hay dos momentos en mi vida donde claramente dije: este no era el camino que soñaron mis padres, ¿no?. El primero fue a mis 29 y decirles “me voy de viaje de mochilero a recorrer el mundo.” Es una familia, tal vez, la mía, no muy propensa a tomar riesgos, no?. Entonces fue el primer momento donde dijeron “bueno, ok, va a hacer su vida y suerte”.
Y volví (risa) y nada, luego de un tiempo de trabajar en el mundo corporativo, fue el segundo shock, que les dije “Miren, quiero emprender”.
Luis von Ahn: Hacia el año 2012, Gabriel había desarrollado una carrera muy exitosa en el mundo empresarial de Argentina. Trabajaba como manager de Business Intelligence en Procter & Gamble, una de las empresas de consumo masivo más importantes del mundo. Pero ese trabajo no terminaba de satisfacerlo, porque desde niño tenía un interés muy particular: las causas sociales.
Gabriel Marcolongo: Creo que la motivación, en mi caso, nace más por decir “bueno, quiero hacer algo más altruista que simplemente hacer que una compañía de consumo masivo venda más pañales o jabón en polvo”. Quería, de alguna forma, contribuir a hacer que el mundo sea un mejor lugar.
Mi papá tiene una discapacidad, él tiene 50 por ciento de visión de un ojo y es completamente ciego del otro ojo. Y él adquirió esa discapacidad desde muy chiquito entonces tuvo que estudiar y llevar adelante su carrera laboral con su discapacidad. Y en los años 90, cuando yo era más chico, digamos, me tocó ver su pérdida de un empleo y lo que le costó volver a conseguir un empleo nuevamente.
Entonces, al momento de decidir emprender empecé a averiguar sobre distintas temáticas. Y me empecé a buscar números sobre lo que era discapacidad y me encontré con todos números que asustan, ¿no? Que es 70 por ciento en promedio de tasa de desempleo de personas con discapacidad.
Tres de cada cuatro personas con algún tipo de discapacidad están desempleadas hoy en América Latina. Y eso hace de que tengamos más de 30 millones de personas con alguna discapacidad que hoy por hoy no encuentran trabajo.
Y fue decir bueno: tengo que aprender todo sobre esto para entender por dónde puede llegar a pasar la solución a este problema.
Una de las cosas que dicen cuando emprendes es que agarras lo que tenes a mano, ¿no? Y bueno, lo que tenía a la mano eran mis dos mejores amigos en este caso, Pablo, que junto con él y con Natalia empezamos a crear Incluyeme.
Hicimos muchas cosas mal y un par que hicimos bien. Arrancamos y constituimos una sociedad al día uno. Gravísimo error. ¿Para qué empezar a pagar impuestos sin tener un camino claro hacia el cómo íbamos a facturar esto, ¿no? Así que bueno, el fisco argentino contento… nosotros no tanto. Excelentes pagadores de impuestos.
Dentro de ese par que hicimos bien, fue aprender sobre el problema y aprender mucho sobre el problema. En mi caso, tomé casi 400 entrevistas a personas con discapacidad junto con una psicóloga, para entender cómo hacían para buscar empleo. Y qué significaba una discapacidad, o sea tuve que aprender desde cero qué es y qué no es una discapacidad.
De las primeras entrevistas salía llorando, porque te encontras con historias de vida muy, muy fuertes, con muchísima desesperanza, personas que van a entrevistas laborales que duran 5 minutos en lugar de durar 40 minutos, una hora.
Te decían “Mirá, yo veo la cara de entrevistador que está incómodo, que tiene muchas dudas, que tal vez si tengo una incapacidad visible mira mi discapacidad y nunca llega a ver a la persona detrás. Y eso hace de que no sepan ni cómo llamarme. Y cuando no es una persona, sino que son 400 que te cuentan lo mismo, dices “Acá hay mucho por hacer”, ¿no?
Y por otro lado hablamos con muchas ONGs que trabajaban en lo que era discapacidad y te decían “Mirá, mi foco es la contención de la persona, no la empleabilidad. Tengo los CVs acá en papel, si querés digitalizalos.
Y así empezamos, digitalizando CVs en papel, haciendo un montón de cosas que no escalaban al principio, yendo de ONG por ONG, contando lo que queríamos hacer, invitando a personas a que se registren en un portal que nadie conocía. Y yendo a empresas a decirles “mirá, si nos compartís acá tus oportunidades laborales, te garantizo de que hay un montón de talento que quiere aplicar a tu organización”.
Ganamos un concurso que se llama Social Lab, y nos sirvió mucho al momento de bajar esta idea a la práctica, digamos. No teníamos nombre cuando aplicamos al concurso, éramos “portal de empleo para personas con discapacidad” o sea, éramos…. nada. Y bueno, a lo largo de este concurso, como fuimos iterando y pudimos darle un nombre, Incluyeme, lanzamos el portal en el medio, este… y tenía un pequeño capital semilla que lo utilizamos para empezar a cubrir gastos, básicamente.
Lo que dijimos fue: no queremos cobrar por aviso de empleo en un portal, sino que lo que queremos es que haya una especie de modalidad de membresías donde se incluya la mayor cantidad posible de avisos.
Hacia las empresas era: “vengo a darte una fuente de talento, que son personas con discapacidad de que, si sales a buscarlas por las vías tradicionales no llegas a ellas. Entonces, si tienes un programa de diversidad e inclusión, yo lo que te voy a garantizar es que vas a tener aplicantes que van a dar con tus perfiles, y que no vas a tener que, en este caso, salir ONG por ONG a buscarlos, sino que simplemente difundiendo tus vacantes aquí. Vamos a eficientizar tu proceso de reclutamiento de personas con discapacidad”.
2014 nos cuentan que ganamos Startup Chile. Ahí, nada, recibimos otra fuente de fondeo, este, Nati se fue a vivir a Chile, yo iba y venía. Y pudimos tratar de probar la replicabilidad de lo que hacíamos.
Yo venía más del mundo corporativo, entonces como hablar el lenguaje de un mundo corporativo creo que ayuda bastante, la métrica que tenía era que para lograr que una empresa nos dijera que sí, teníamos que lograr que 99 nos digan que no.
Con IBM y con Accenture y con Banco Galicia se dio de tener tres personas espectaculares como interlocutores que al día de hoy siguen siendo nuestros clientes y seguimos trabajando con ellos y que apostaron a nosotros.
Lo que hicimos fue: “hagamos una prueba de 4 meses. Lo que te puedo garantizar es que al mes 1 vas a tener a estas 400 personas que son las que ya habíamos entrevistado y que vamos a hacer lo mejor para seguir sumando”.
Apostaron de decir “Bueno, ok, confío en Gabriel y que esto que me promete Gabriel va a ser una realidad”.
Luis von Ahn: “Incluyeme” tenía tres grandes clientes, pero ¿Cómo ofrecerles talento para sus vacantes si no había nadie registrado en la página?
A continuación, vamos a conocer cómo Gabriel y su equipo enfrentaron su mayor desafío: reclutar a más de 2.000 personas para su agencia de empleo. Y también, cómo Gabriel logró comprobar que estuvo en lo cierto, al tener fe en su idea.
Gabriel Marcolongo: La propuesta de valor era: “yo te garantizo que del otro lado va a haber un entrevistador que va a saber evaluarte por tu capacidad más allá de por tu discapacidad. Si quedás afuera de una entrevista va a ser por un tema de skills y no por tu discapacidad.”
Luis von Ahn: Lo que ofrecía “Inclúyeme” era algo que, aunque parezca increíble, resultaba muy poco común: entrevistas laborales sin preconceptos para personas con discapacidad. Para llegar a ese público y lograr que se registren en el portal, Gabriel y su equipo tuvieron que realizar varias acciones también poco comunes.
Gabriel Marcolongo: Hicimos alianzas con el Ministerio de Trabajo aquí en la Argentina. Hicimos alianzas con distintas municipalidades, gobiernos provinciales. Nos acercamos a casi todas las ONGs que estaban trabajando en lo que era discapacidad y las invitamos a que difundan que había vacantes laborales para sus beneficiarios.
Tuvimos también bastante repercusión en prensa, al momento de comenzar a trabajar, hicimos alianzas con universidades, hicimos de todo. Fuimos hasta el lugar donde se tramitaban los certificados de discapacidad y pusimos posters.
Fuimos hasta portales tradicionales y publicábamos vacantes diciendo “Hola, si tenés una discapacidad, existe Incluyeme. Aplica aquí.” Mucho de posicionamiento web. Creamos un blog donde empezamos ahí a subir noticias sobre discapacidad, para básicamente llegar a gente.
Creo que todavía en el mundo corporativo se castiga mucho el error. Y fue uno de los aprendizajes, muchas veces cuando hablábamos con reclutadores sobre todo, te decían: “yo sé entrevistar”. Perfecto, efectivamente sabían entrevistar. Ahora, estaban estos bias inconscientes que hacían de que digan “y, no sé si estoy tan seguro de saber entrevistar”, ¿no?.
Entonces dijimos “bueno, hagamos este entrenamiento donde esté bien no saber”. Y lo tomaban todos, ¿no?. Entonces ahí empezamos a mejorar mucho el proceso de entrevistas hacia personas con discapacidad.
El boca a boca se hizo bastante fuerte en el momento de decir “bueno, esto funciona”. Y por lo general si tienes una discapacidad, conoces más gente con discapacidad. Y eso hizo que más gente empiece a registrarse.
Hoy “Inclúyeme” tiene como tres grandes líneas de acción. La primera es un primer paso diagnóstico de que es diagnosticar a tu organización al momento de entender cuál es tu cercanía sobre la discapacidad, como son tus procesos. El segundo paso es como la parte de transferencia de conocimiento, que es decir cómo hacemos para contarte a tu equipo de liderazgo, a tus reclutadores, cómo tomar entrevistas hacia personas con discapacidad. Y el último paso es el acceso a talento.
Pudimos profesionalizar el equipo, pagar salarios de mercado comparándonos con talento que puede estar trabajando en empresas multinacionales. Y ahí es donde vas viendo que efectivamente, sube tu impacto como organización.
Tenemos como razones para decir “Ok, nuestros precios se sostienen porque somos super profesionales en lo que hacemos”. Y te ayuda también a ordenar a nivel equipo el decir “Ok, no, no somos una empresa que te va a dar una charla y te dice, bueno, que bonito y sigue. Sino que como organización vamos a apoyarte a que tu organización sea una organización inclusiva”. Es entender cómo agregamos valor y el creer que podemos hacer esto mucho más grande, ¿no?
Muchas veces hablando con inversores y todo me decían: “No vas a poder vivir de esto. Te vas a fundir a los pocos meses”. Y así muchas palabras de aliento, ¿no?. En un caso en particular, cada año que pasa, para Año Nuevo le mando un mensaje de: “Seguimos vivos. Felicidades”.
Cuando le preguntas a una persona con discapacidad, en muchos casos: Bueno ¿y tú qué haces o quién eres? Difícilmente te cuente, “mira, estoy en casa, estoy en mi casa buscando una oportunidad o buscando hacer algo”. Cuando permanentemente eso te es esquivo luego de tener un trabajo te dice “mira, ahí volví a tomar una educación formal”, te dicen “tengo una novia, la cual ahora puedo invitar al cine porque antes no podía”. Ahí entiendes lo que el trabajo significa para la persona y también para la familia, donde hay otro tipo de conversaciones y en definitiva la persona vuelve a retomar su vida. Y vuelve a tener sueños.
Yo siempre digo que tengo el mejor trabajo del mundo porque puedo conocer muchas de estas historias de primera mano.
El año pasado hemos viajado a Chile por otros temas que teníamos que trabajar allá en una charla y todo. Nos subimos al metro y antes de ir al metro nos toca sacar un ticket. Y en ese ticket nos atiende una persona con una discapacidad. Nos da el ticket y que se yo, estaba justo con Santiago, que es nuestro director comercial. Salimos los dos con el ticket y nos comentamos. “¿Viste que era una persona con discapacidad?” Dijimos “sí, mirá que bueno”. Pero dijimos: “pará, pará, es metro de Chile, es cliente nuestro”. Y nos dimos vuelta y volvimos a la persona y dijimos “perdona que te hagamos una pregunta que no se si está bien preguntarte, ¿hace mucho que trabajas acá?” Dice “No, hace 4 meses”. “Ah y ¿Cómo te enteraste de esto?” “No”, dice, “porque hay un portal que se llama Inclúyeme, yo me registré ahí y conseguí trabajo”. Ahí entiendes el alcance de lo que haces, ¿no?.
Luis von Ahn: Ese encuentro le demostró a Gabriel que su visión era correcta y su emprendimiento, necesario. Hoy en día, Incluyeme.com apoya a más de 2.000 personas a que consigan empleo en más de 500 empresas de 7 países de habla hispana. Al darle un consejo a otros emprendedores, Gabriel piensa específicamente en la figura del fundador.
Gabriel Marcolongo: No le sub pagues a tu mejor empleado que eres tú mismo. Digo, dejé de cobrar sueldo muchos meses. Porque si tienes que salir a buscar a alguien que te reemplace, seguramente va a cobrar un salario de mercado. Entonces, no le pagues mal a tu mejor empleado. Tampoco eres infalible ni inmutable. Y no tengas temor en pedir perdón o en reconocer que te has equivocado, digo, nadie esperas que seas perfecto. Y si nos equivocamos, démosle para adelante y aprendamos de eso.
Luis von Ahn: Esto fue “Emprendedores”, historias de fundadores de empresas que están cambiando el mundo. Una producción original de Adonde Media.
Puedes encontrar material adicional sobre Gabriel Marcolongo e Incluyeme.com, así como una lista de los términos importantes que se mencionaron en este episodio ingresando a adondemedia.com/emprendedores.
Este episodio fue escrito y producido por Laura Ubaté.
La edición de guión y la mezcla de sonido fueron realizados por Mariano Pagella.
Catalina May realizó el asesoramiento editorial.
La masterización fue de Juan Pablo Culasso.
Martina Castro es la productora ejecutiva.
Puedes encontrar todos los episodios de Emprendedores en adondemedia.com/emprendedores o en tu aplicación de podcast favorita.
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Yo soy Luis von Ahn. Gracias por escuchar.
Equipo de producción
Conozca a los productores, editores, diseñadores de sonido y más que trabajan con nosotros para dar vida a este podcast.
Martina Castro
Fundadora & CEO
Los Ángeles, EE.UU
Mariano Pagella
Editor
Buenos Aires, Argentina
Laura Ubaté
Productora
Bogotá, Colombia
Catalina May
Editora asociada
Santiago, Chile
Martin Cruz
Supervisor de sonido
Santiago, Chile
Juan Pablo Culasso
Ingeniero
Bogotá, Colombia